Inicialmente, el almacén puede ser considerado un espacio de stock de mercancías y productos terminados. Sin embargo, en la realidad es mucho más que eso. Un almacén puede considerarse como una “caja negra”, un sistema informatizado que permite optimizar los recursos, seleccionar las mejores alternativas para un determinado producto y predecir su flujo. Existen muchos puntos críticos a tener en cuenta si deseas organizar un almacén de manera eficiente. Aquí hay cinco consejos para lograrlo:
Planifica con antelación.
El primer paso es planificar, analizar y predecir la cantidad de espacio que se necesita. Si no lo haces, corres el riesgo de tener un espacio sobrante o insuficiente que no sea útil. Además, debes tener claro cómo funcionará el sistema de almacén. Considera los rangos de temperatura, la ubicación de las puertas, el tipo de iluminación, el tipo de suelo, etc. También debes definir las rutas de carga y descarga, las escaleras, la altura de los andamios, la ubicación de los ascensores, la ubicación del área de carga y descarga y el tipo de sistema de almacenamiento que quieres implementar.
La clasificación debe ser clara y sencilla.
El almacén debe de ser claro e inequívoco. Una clasificación poco lógica puede ser causa de que las cosas no se den cuenta en la cantidad que se necesita. Además, dadas las características del lugar, debes tener en cuenta los riesgos asociados con cada mercancía. Por ejemplo, en dónde se guardarán los explosivos y gasolina. Lo ideal es que el material de carga y descarga se mantenga separado y que la ubicación de las mercancías se determine a través de un sistema de almacén. Por ejemplo, un sistema de carretillas elevadas, un andamio con etiquetas o un sistema de almacén automatizado.
El espacio debe ser útil y eficiente.
Es importante que el almacén tenga espacios suficientes para que cualquier carga o carga puedan producirse con facilidad. Las cargas no deben tener que esperar a que otras terminen. Además, las cargas deben ser capaces de moverse hacia adelante y hacia atrás. Por otro lado, el almacén debe tener espacios suficientes para que se pueda mover el carga y carga sin obstrucciones. Además, debes tener cuidado con el tipo de suelo, la distancia entre andamios, la distancia entre los estantes, etc. El almacén debe ser un lugar ordenado, especialmente las rutas de carga y descarga.
Asegura la operatividad y la seguridad.
La operatividad se reduce si hay obstrucciones, ascensores o puertas que no se abren o se cierran correctamente. Por otro lado, la seguridad se reduce por el desgaste de las distintas herramientas, como los andamios, rutas de carga y descarga, etc. Por lo tanto, debes tener en cuenta el tipo de suelo, el tipo de ascensores, la ubicación de los andamios y también la altura de los andamios. Además, debes tener en cuenta el sistema de escaleras y el tipo de iluminación, si es que se necesita.
Un sistema informático potente.
Los sistemas informáticos pueden ayudar a guardar información importante, como la ubicación de las mercancías, las temperaturas o las personas que acceden al almacén. Puedes utilizar cualquier aplicación informática, como equipo de CAD, un sistema de tiempo real o una aplicación de almacén. Además, puedes planificar y predecir el flujo de las mercancías y descargas dentro del almacén. Por ejemplo, puedes predecir cuándo vas a necesitar cargar una determinada mercancía en un camión.
Conclusiones
Un almacén bien organizado resulta útil para tu negocio. Te ayuda a ahorrar espacio, a aumentar la eficiencia de tu producción y a reducir los costos de almacenaje por causa de la rotura de los productos. Un almacén bien organizado te permitirá reducir los tiempos de entrega y aumentar el nivel de satisfacción de tus clientes. Además, te permitirá controlar mejor tus inventarios. Si quieres organizar un almacén de forma eficiente, debes plantearte estos 5 consejos. Si los aplicas, lograrás que tu almacén sea más ágil y eficiente.